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Ingredientes:
- 1 pollo no muy grande
- 1 cebolla
- Caldo suave o agua
- 4 dientes de ajo
- 12 almendras tostadas
- 2 huevos duros
- 3 rebanadas de pan (mejor del día anterior)
- Aceite
- Sal, pimienta
- Harina (para rebozar)
- Perejil
- Pimentón dulce
Cortamos el pollo, 2 de cada cuarto, salpimentamos, lo
rebozamos con harina y lo doramos en la cazuela que vayamos a utilizar con un
chorro de aceite.
Cuando tenga un color dorado y lo hayamos sellado por todos
los lados, añadimos la cebolla que lo hemos cortado en brunoise (lo más pequeño
posible, pero sin rallar).
Cuando esté tierna, echamos una cucharadita de pimentón, lo
mezclamos todo bien y lo cubrimos con el
caldo o agua, lo dejamos que se vaya haciendo hasta que esté tierno, en unos 20
minutos lo tenemos hecho, a no ser que sea de corral, que esté si que lo
tendremos más tiempo.
En una sartén freímos
los ajos cortados en láminas, retiramos y lo ponemos en el mortero, freímos las
rebanadas de pan, que nos cojan un color tostado, las ponemos junto a los ajos,
(esto lo podemos hacer primero en la cazuela donde vayamos a freír el pollo,
antes de hacerlo, ya que así aprovechamos
el aceite y tendrá sabor a el ajo), ponemos las almendras y lo machacamos.
Cuando el pollo lo tengamos hecho, le ponemos un poco de
caldo a la picada y lo echamos a la cazuela, dejamos un par de minutos todo
junto.
En el momento de apagar-lo, esparcimos el perejil bien picado
a igual que el huevo y listo, lo podemos acompañar con un arroz blanco y que aproveche.
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